12/12/18

Imaginemos la Tierra como un vasto desierto…

Ha sido unos de los principales escritores argentinos del siglo XX  uno de cuyas obras, Rosaura a las diez, tuvo enorme repercusión. Sobre su estilo se ha dicho que era un ”ejercitador de letras” siempre admirablemente construidas, aunque con personajes o situaciones que bordean lo estrafalario, con predominio de la intriga y también el humor que tiende al negro.
 
Imaginad que un día estalla una guerra atómica. Los hombres y las ciudades desaparecen. Toda la tierra es como un vasto desierto calcinado. Pero imaginad también que en cierta región sobreviva un niño, hijo de un jerarca de la civilización recién extinguida. El niño se alimenta de raíces y duerme en una caverna. Durante mucho tiempo, aturdido por el horror de la catástrofe, sólo sabe llorar y clamar por su padre. Después sus recuerdos se oscurecen, se disgregan, se vuelven arbitrarios y cambiantes como un sueño. Su terror se transforma en un vago miedo. A ratos recuerda, con indecible nostalgia, el mundo ordenado y abrigado donde su padre le sonreía o lo amonestaba, o ascendía  (en una nave espacial) envuelto en fuego y en estrépito hasta perderse entre las nubes. Entonces, loco de soledad, cae de rodillas e improvisa una oración, un cántico de lamento. Entretanto la tierra reverdece: de nuevo brota la vegetación, las plantas se cubren de flores, los árboles se cargan de frutos. El niño, convertido en un muchacho, comienza a explorar la comarca. Un día ve un ave. Otro día ve un lobo. Otro día, inesperadamente, se halla frente a una joven de su edad que, lo mismo que él, ha sobrevivido a los estragos de la guerra nuclear. Se miran, se toman de la mano: ya están a salvo de la soledad. Balbucean sus respectivos idiomas, con cuyos restos forman un nuevo idioma. Se llaman, a sí mismos, Hombre y Mujer. Tienen hijos. Varios miles de años más tarde una religión se habrá propagado entre los descendientes de ese Hombre y de esa Mujer, con el padre del Hombre como Dios y el recuerdo de la civilización anterior a la guerra como un Paraíso perdido.

Fuente: gracus/babeuf 
http://www.gracus.com.ar/?p=4018#more-4018

2/11/18

El mundo no se acaba en Sartre y Camus          

 

 
Tras el declive que siguió al existencialismo y el ‘nouveau roman’, hoy una generación con estilo punzante e ironía subyacente ha revertido las burlas hacia la literatura francesa.
En Casa Tomada de Julio Cortázar, el narrador confiesa que a veces, interrumpiendo su vida de recluso, iba a dar una vuelta por las librerías y “preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina”. Hasta hace pocos años, este juicio sepulcral, que Cortázar entendió como irónico, fue sentido como válido en Argentina, en España y en gran parte del mundo literario. 

A partir del mitigado escándalo producido por la obra (y vida) de Louis-Ferdinand Céline, quien fue probablemente el novelista más importante de toda la literatura moderna, y después de los existencialistas, la presencia de autores de lengua francesa como Nathalie Sarraute, Marguerite Yourcenar, Michel Tournier en la segunda mitad del siglo veinte no alteró fundamentalmente la opinión de los lectores más allá de los confines de su idioma. Ni siquiera el éxito internacional de Marguerite Duras con El amante, ni los premios Nobel otorgados a Claude Simon en 1985 y a Le Clézio en 2008, alentaron el reconocimiento de esa literatura como “valiosa”. 

Borges y Bioy se burlaron ferozmente del nouveau roman en sus Crónicas de Bustos Domecq y Mavis Gallant condenó el engagement politique de sus autores preguntándose si Hiroshima mon amour no se hubiese vendido más si Duras le hubiese puesto como título Auschwitz mon chou.    

Mediaisla - Letras vueltas
http://mediaisla.net/revista/2014/10/letras-vueltas-8/

16/8/18


CHARLES BUKOSKY


                                                                                                                                                       
                                                                                                                                         
AVISO AMISTOSO A UN MONTÓN DE JOVENCITOS*

Ve al Tibet
cabalga un camello
lee la Biblia
tiñe tus zapatos de azul
deja crecer tu barba
da la vuelta al mundo en una canoa de papel
suscríbete al “The Saturday Evening Post”
mastica solamente con el lado izquierdo de tu boca
cásate con una mujer de una sola pierna
aféitala con una buena máquina
tatúa tu nombre en su brazo
cepilla tus dientes con gasolina
duerme todo el día y trepa árboles de noche
sé un monje y bebe perdigones y cervezas
sujeta tu cabeza bajo el agua y toca el violín
haz la danza del vientre ante velas rosadas
mata a tu perro
postúlate a alcalde
vive en un barril
siembra tulipanes en la lluvia

pero no escribas poesía


SOLO, CON TODOS*

La carne cubre el hueso
y ponen una mente
adentro
a veces un alma
y las mujeres rompen
jarrones contra las paredes
y los hombres beben
mucho
y nadie encuentra
al otro
pero se escudan
buscando
arrastrándose de cama en cama
la carne cubre
el hueso y la
carne busca
algo más que carne

No hay ninguna posibilidad
estamos todos entrampados
en un destino
singular

nadie encuentra
al otro
Los tristes barrios llenos
los basureros llenos
los manicomios llenos
los hospitales llenos
los cementerios llenos

nada más
se llena


LA TRAGEDIA DE LAS HOJAS*

Me desperté en medio de la resaca
y los helechos estaban muertos
las plantas amarillas como maíz en sus potes
mi mujer se había ido
y las botellas vacías como cadáveres desangrados
me rodeaban con su inutilidad:
sin embargo seguía brillando el sol
y la nota de mi casera estaba arrugada en una
amarillez agradable e inofensiva;
ahora lo que necesitábamos
era un buen comediante, al viejo estilo,
un bufón con bromas sobre el dolor absurdo;
el dolor es absurdo porque existe y nada más;
me afeité cuidadosamente con una máquina vieja,
el hombre que una vez fue joven y se decía
que era un genio; pero
esa es la tragedia de las hojas,
de los helechos muertos, de las plantas muertas;
me dirigí a la oscura sala
donde estaba la casera
terminante y cargada de maldiciones
mandándome al infierno
agitando sus brazos gordos y sudorosos,
gritando
pidiendo a gritos el alquiler
porque el mundo nos había fallado a los dos

*Poemas vertidos al español por el poeta Benito Mieses

Con-fabulación No. 438 - Colombia 

15/4/18

LEONARDO DA VINCI                          
                                                                                                          
Pasaje de la Historia sobre Leonardo da Vinci del programa la Rosa de los Vientos narrado por Juan Antonio Cebrían.

Leonardo da Vinci (Leonardo di ser Piero da Vinci Loudspeaker.svg escuchar) fue un pintor florentino. Notable polímata del Renacimiento italiano (a la vez anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista) nació en Vinci el 15 de abril de 1452 y falleció en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años, acompañado de su fiel Francesco Melzi, a quien legó sus proyectos, diseños y pinturas.

Tras pasar su infancia en su ciudad natal, Leonardo estudió con el célebre pintor florentino Andrea de Verrocchio. Sus primeros trabajos de importancia fueron creados en Milán al servicio del duque Ludovico Sforza. Trabajó a continuación en Roma, Bolonia y Venecia, y pasó los últimos años de su vida en Francia, por invitación del rey Francisco I.

Frecuentemente descrito como un arquetipo y símbolo del hombre del Renacimiento, genio universal, además de filósofo humanista cuya curiosidad infinita solo puede ser equiparable a su capacidad inventiva, Leonardo da Vinci es considerado como uno de los más grandes pintores de todos los tiempos y, probablemente, es la persona con el mayor número de talentos en múltiples disciplinas que jamás ha existido.

Como ingeniero e inventor, Leonardo desarrolló ideas muy adelantadas a su tiempo, tales como el helicóptero, el carro de combate, el submarino y el automóvil. Muy pocos de sus proyectos llegaron a construirse (entre ellos la máquina para medir el límite elástico de un cable), puesto que la mayoría no eran realizables durante esa época.
Como científico, Leonardo da Vinci hizo progresar mucho el conocimiento en las áreas de anatomía, la ingeniería civil, la óptica y la hidrodinámica.

Su asociación histórica más famosa es la pintura, siendo dos de sus obras más célebres, La Gioconda y La Última Cena, copiadas y parodiadas en varias ocasiones, al igual que su dibujo del Hombre de Vitruvio, que llegaría a ser retomado en numerosos trabajos derivados.

No obstante, únicamente se conocen unas veinte de sus obras, debido principalmente a sus constantes (y a veces desastrosos) experimentos con nuevas técnicas y a su inconstancia crónica. Este reducido número de creaciones, junto con sus cuadernos que contienen dibujos, diagramas científicos y reflexiones sobre la naturaleza de la pintura, constituyen un legado para las sucesivas generaciones de artistas, llegando a ser igualado únicamente por Miguel Ángel.

Fuente: http://www.pasajesdelahistoria.es/podcast/leonardo-da-vinci

23/2/18

Los nombres de los colores                                                                                                                       

¿Por qué decimos “jugadores rojiblancos” con el adjetivo en plural y “jugadores azulgrana” con el adjetivo en singular? ¿Qué es lo correcto: “una mesa marrón clara” o “una mesa marrón claro”? ¿Cómo se escribe “una camisa azulverdosa”, “azul-verdosa” o “azul verdosa”? ¿Se dice “los grises perlas” o “los grises perla”?



Los nombres de los colores presentan, a la hora de escribirlos, tres dificultades principales:

 1. Plural de los colores
 
. Cuando funcionan como sustantivos,
hacen el plural de acuerdo con las reglas generales: los blancos, los carmesíes o carmesís, los azules, los marfiles, los grises, etc. Pero si para designar matices el nombre de color va acompañado de otro sustantivo, este último permanece en singular: los verdes botella, los grises perla, etc. “Los grises perlas” es incorrecto.

  
  Cuando funcionan como adjetivos, hacen el plural de la siguiente forma:.
Si se trata de colores naturales, o sea, los que existen en la naturaleza como tales (azul, verde, rojo, negro, blanco…), concuerdan siempre con el sustantivo al que modifican (casas rojas, camisas verdes, ojos azules, etc.).

a) Cuando al nombre de color que hace de adjetivo no lo acompaña ninguna palabra que lo modifique, pueden usarse en singular (ojos malva, faldas naranja, camisas añil, etc.) o en plural concordando con el sustantivo (ojos malvas, faldas naranjas, camisas añiles, etc.).

b) Cuando para designar matices, un nombre de color se halla a su vez modificado por otro, o por un adjetivo como claro, oscuro o similares, lo correcto es mantener ambos elementos en singular: pantalones verde botella, ojos azul claro, etc.

Según esto, decimos “las camisas verde oliva” con el nombre de color en singular porque el oliva no es un color natural, sino que se deriva del de la oliva; así, debe escribirse las novelas rosa (el rosa es el color de esta flor, pero no es un color natural), los jugadores azulgrana (porque el grana no es un color natural), y en el mismo caso escribimos los jugadores rojiblancos, porque tanto el rojo como el blanco son colores naturales.

2. Género de los colores
  .
1. Cuando se usan como sustantivos, son siempre masculinos: el verde, el amarillo, el rojo, etc.

2. Cuando se usan como adjetivos, pueden darse dos casos:

*.Cuando al nombre de color que hace de adjetivo no le acompaña ninguna palabra que lo modifique, si son de dos terminaciones (blanco, -ca; negro, -gra; rojo, -ja; amarillo, -lla, etc.), se usa la forma masculina o la femenina según sea el género del sustantivo al que acompañan: falda roja, pantalón negro.

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*.Cuando para designar matices, el nombre de color se halla a su vez modificado por otro, o por un adjetivo como claro, oscuro o similares, lo normal es usar ambos términos en masculino, incluso si se refiere a un sustantivo femenino (una gran banda rojo oscuro), pero la concordancia en femenino no es incorrecta. De este modo, aunque lo más habitual es “una mesa marrón claro”, no es incorrecto decir “una mesa marrón clara”.

3. Junto, separado o con guion

Cuando el nombre de un color va adjetivado con otro nombre de color, pueden darse dos casos:

1..Si el primero de los dos nombres funciona como sustantivo, se escriben en dos palabras; por ejemplo, si decimos: el amarillo verdoso es el tono que más me gusta, se escribe en dos palabras, porque verdoso es aquí el adjetivo de amarillo; en igual caso nos encontramos si decimos que el anaranjado rojizo es débil.
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2. Si el primero de los dos nombres funciona como adjetivo de otro sustantivo, aunque lo más frecuente es escribirlos separados (nunca unidos con guion): camisa azul verdosa, se pueden escribir juntos formando un adjetivo compuesto, en cuyo caso, para que ambos adjetivos incidan en el sustantivo al que acompañan, obligatoriamente deben concordar con él: camisa azulverdosa.

Fuentes:
http://blog.tsedi.com/los-nombres-de-los-colores/
Diccionario panhispánico de dudas
(2005):

http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=O2YJVDPNGD6RHMUmU0
Nueva gramática de la lengua española
(2009):

http://aplica.rae.es/grweb/cgi-bin/v.cgi?i=KMJBgOvIxzaWkFzW