Por
Reynaldo García Blanco
¿Qué
sucedía en Santiago de Cuba un día como hoy hace cien años? Hay que recurrir a los
cronistas locales, un oficio que sospecho se ha perdido para siempre.
El
irreverente, sustancial y amigo poeta Oscar Cruz tuvo a bien en regalarme hace
unos días un ejemplar de Crónicas de Santiago de Cuba (II), del
periodista e historiador Carlos E. Forment Rovira. Este volúmen estuvo inédito
hasta que en el 2006 salió a la luz por Ediciones Alqueza, de la Oficina del Conservador de
la Ciudad de
Santiago de Cuba. Forment dividió sus crónicas en dos tomos. El primero de
ellos abarcó desde 1902 hasta 1911 y se publicó hacia 1953. El segundo tomo,
éste que tengo en mis manos, incluye lo acontecido entre 1912 y 1920.
Por pura
curiosidad, este lunes levemente nublado, tomando té verde de Ceilán traido de
Italia, por la historiadora de arte Carmen Lorenzetti y con música de José
Aquiles de fondo, me asomo a lo que pasó por estos lares el martes 20 de enero
de 1914, es decir, hace cien años.
Ese día
comienza con una nota mortuoria. Fallece la Sra. Teófila Garcés,
esposa del coronel Alfredo Lora, presidente del Consejo Provincial.
Otro suceso
que marcó a los santiagueros un día como hoy hace un centenar de años fue el
esclarecimiento del crimen cometido en la persona del Sr. Nicolás Damián,
honrado comerciante, natural de Siria. Tema interesante para una novela de
Leonardo Padura. El autor resultó ser el campesino Nicolás Revilla aunque había
establecido acusación en contra de su enemigo Nicolás Silva, alias El Ñato.
Forment nos hace saber que el descubrimiento de este crimen se debió al
abogado, licenciado Gonzalez Manet y al capitán de la Guardia Rural
Arsenio Ortíz quienes atendiendo a varias confidencias y acompañados ambos por
un juez, un fiscal, dos médicos forenses y un grupo de comerciantes sirios,
paisanos de la víctima, partieron a través del monte firme y por caminos
accidentados y peligrosos, llegaron hasta la finca Santa Bárbara, propiedad del
Sr. Revilla, donde en la falda de una montaña advirtieron un pie enterrado,
cuyo zapato estaba a flor de tierra, por lo que excavaron el lugar y
descubrieron el cadáver en estado de putrefacción.
Así lo ha
contado Carlos E. Forment Rovira. Agrega además que la sociedad santiaguera
aplaudió el feliz éxito del empeño en que se distinguió el celo del entonces
capitán Arsenio Ortíz quien años después fuera el tema de los cintillos de
primera plana de todos los periódicos cubanos por su sangrienta actuación en el
gobierno del presidente Gerardo Machado.
¿Fue un
crimen pasional? ¿Un crimen político? Tal vez sea el tema para una novela de
Leonardo Padura. Novela que bien pudiera titularse El asesinato del sirio
Nicolás Damián.
- La Idea del Lunes / 20 de enero de 2014 - Santiago de Cuba, Cuba
- E-mail: regabla@cultstgo.cult.cu
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