31/10/13

La Idea del Lunes


¿Para qué sirve la poesía?
  
                                                                                      por Reynaldo García Blanco

¿Para qué sirve la poesía? En tiempos de saberlo todo, o casi todo, esta pregunta resulta algo incoherente.
El poeta, visto como un sacerdote, ha tenido la visión de escudriñar el pasado, el presente y viaja al futuro para regresar con las manos vacías, pero temblorosas por lo que ha visto.


Se abre un libro de historia y allí está el David de la Biblia que con el arpa en la mano apacigua a Saúl alarmado por un espíritu del mal. Volvemos sobre otras páginas y asistimos al acto milagroso en que Orfeo hechiza a rocas, árboles y animales.
En este ruedo se dan la mano los filí irlandeses, los poetas que trajinan frente a la tienda del tabernáculo que llevan a los guerreros al fragor de la batalla y la victoria. San Francisco de Asís predicando a las bestias y a los pájaros, Sadkó y su arpa de hueso de tigre, y Väinämöinen el poeta y chamán que compone runas de conjuro. Todos ellos, en la gran rueda de la hermandad y la luz.
Con palos de ciego avanzan por la historia de la humanidad Tiresias, Tamiris, el bardo tracio Demódoco, Homero. Al final del camino los espera Jorge Luis Borges que dibuja un laberinto.
Si Dios fue el creador del mundo, son los poetas de ayer, de hoy y de mañana los encargados de reinventarlo.
Ogma es el inventor de la escritura. El pecado mayor y perdonable de Píndaro es la sabiduría. Korkut el turco es protector de soberanos. Odín protege a los poetas y es el Dios de la sabiduría. Salomón y su Cantar de los cantares cierran todas las evidencias.


El poeta Gabriel Celaya (1910-1991) nos dice en ese magnífico poema titulado "La poesía es un arma cargada de futuro": Poesía para el pobre, poesía necesaria / como el pan de cada día, / como el aire que exigimos trece veces por minuto, / para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

 
Como en los cuadros italianos que se pueden ver en los museos, la poesía se personifica en la imagen de una dama con vestimenta celeste adornada de estrellas. La cabeza tiene alas. Una rama de laurel, un arpa y un cisne completan la imagen.
Vuelve Gabriel Celaya a decirnos: Cuando ya nada se espera personalmente / exaltante, / mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, / fieramente existiendo. Ciegamente afirmando, / como un pulso que golpea las tinieblas.
Chamán, poeta, demiurgo, bardo, vate, rimador, rapsoda, escaldo, felibre, aedo, trovador, lírico, juglar, cantor, coplero, versificador, Virgilio. Nombres que como simulacros se han instalado en la historia para un intento de definición.
El poeta modera, matiza, niega, contradice. En su máquina de hacer poemas avanza contra todas las fortificaciones.
Para entonces se ha comenzado a responder acerca de la verdadera función del poeta y de la poesía.


- Boletín IDEAS, II época, Número 56, Santiago de Cuba, Cuba.
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