12/2/14

Centenario Cortázar




  Tal vez nos mire burlón desde el otro lado, investigando aún qué sitio es ese en el que está, sintiéndose extraño y muy despierto, alegre porque la búsqueda no termina, porque las certezas no son absolutas tampoco allí, donde canta un pájaro de cabeza albina que anda sobre dos patas con una forma que ninguno de nosotros ha visto nunca, que ninguno de nosotros jamás verá. 

3/2/14

La Idea del Lunes / 3 de febrero de 2014



LA BONDAD ES SIMPLE; LA MALDAD, MÚLTIPLE


                                                                                   Por Reynaldo García Blanco


Quiero hablar de un acto íntimo. Muchos ya saben que se puede hacer de pie, de rodillas, acostado en la cama de un tren en marcha o en un diván tibetano. Cuando se descubre se convierte en un verdadero vicio, en pecado perdonable, en lujuria que se lleva a lo largo de la vida como un estigma. Cuando se aprende bien y se comparte, tiene la rara combinación de lo infame y maravilloso. Cuando entramos a este misterio estamos a un paso de convertirnos en unos malvados encantadores.
Los primeros designios del vicioso y depravado que llevamos dentro pasan por este acto y no hay autocensura. El adolescente descubre la magia de ser diferente, deja a un lado los juguetes de la reciente infancia y los amigos pasan a un segundo plano. Aquí comienzan a sospechar algunos padres.
Los que entran por estos caminos se vuelven corruptos, forman cultos y cofradías con su propio ángel o demonio. Hablo de un acto monstruoso y degenerado que sólo comulga con la entera libertad, que viola fronteras, derrumba las murallas de los castillos, las rejas de los cuarteles.
Entrar por estos caminos es descubrir el valor del silencio, regodearse en la sonrisa cómplice de Maquiavelo o ser el eterno niño, subversivo y sacrílego.
Son unos libertinos, dicen los más conservadores. Son unos siniestros, dicen los críticos más feroces, pero lo cierto es que estoy hablando de un acto salvador que tiene mucho de disoluto y amoral. Es un acto raro y portentoso que abre puertas secretas. La gente se vuelve admirable y famosa, domina varios prodigios. Para entonces todo puede percibirse de manera sobrenatural y fantástica.
Es quimérico, sobrehumano y por su carácter inusitado es dable al asombro, a la locura es el autoplacer, el orgasmo, el éxtasis. Es elevación, rapto y delirio.
El apóstol Pablo hablaba de que la Ley escrita da muerte, mientras que el Espíritu da vida. Aquí se pierden las fronteras y a cada instante otro mundo está por comenzar.
Se puede hacer a cualquier hora y en cualquier sitio. Se puede hacer antes o después del fragor de una batalla. Se puede hacer en la cárcel o el desierto minutos antes de morir de sed o de espanto. Se puede hacer a contra luz o con todo el sol de frente.
Se puede hacer de pie mientras el Pontífice hace su discurso. Se puede hacer de rodillas mientras a nuestro lado alguien se confiesa. Se puede hacer en la habitación más calida de nuestra casa mientras los mayores están de vacaciones o en el mercado.
Tal vez haya que buscar el misterio en Aristóteles cuando dijo que la bondad es simple, la maldad múltiple.
Demos loas a este maldito acto hereje, inconoclasta, terrible. Demos loas a este acto sugerente, liberador, tan lleno de matices y sobresaltos.
Yo los convido a ustedes, amantes de los libros a brindar por el inmenso placer que es la lectura.

 - La Idea del Lunes/ 3 de febrero de 2014 - Santiago de Cuba, Cuba 
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