27/6/14

Hablando de fútbol - Cuento

                                                                                         Amílcar Bernal Calderón

Del ingeniero Amílcar Bernal Calderón, ganador de algunos premios de narrativa y poesía a nivel local e internacional; autor de dos poemarios premiados en concursos de Colombia y España, e incluido en antologías internacionales de cuento y poesía; publicamos un cuento alusivo al fútbol, por estos días tema omnipresente.

DIJO que él, cuando estaba en la escuela, escribía a mano con una letra Palmer muy bonita, por contrato y a destajo, las escrituras y actas de la notaría de su padre, en un pueblo perdido de Boyacá.
Su hija, mi consuegra, creía que la vida de su padre era memorable, y me pidió que fuera a visitarlo para ver si yo me le medía a escribir su biografía. Entonces el viejo tenía 86 años y estaba a punto de enviudar, mientras en la calle no se hablaba de otra cosa que del mundial de fútbol, que acababa de comenzar. Íbamos, creo, por ahí en 1994.
Estábamos sentados, después del almuerzo, en la sala de su casa de campo. El viejo tomó la palabra después de ir, con su mirada a través de la ventana, hasta la infancia para traer lo que iba a decirme:
“Papá, abogado y notario del pueblo, mi jefe, cansón de tan honesto que era, guardaba religiosamente mi salario, dos centavos por cada acta escrita, para que mi futuro lo gastara. Eso entendía, y me parecía injusto pues no era el tiempo quien trabajaba sino yo, que lo imaginaba a él como un viejito jorobado, canoso, de bastón y oloroso a almanaque, parado al otro lado de mi escritorio en nuestra notaría, leyendo con voz mohosa la primera escritura del mundo, que yo sostenía cerca de sus ojos azules para que su ceguera pudiera leerla; entonces el papel se deshacía al contacto con su mirada dejándome las manos amarillas, una sensación de incompetencia y dos centavos menos en mis ahorros”.
De la cocina vino su esposa con un café para mí y un consomé para él.
“Ahora que lo pienso,” siguió, “yo a ratos desconfiaba de la existencia del viejito de marras pues la infancia, que éramos yo y todos mis amigos, ignoraba el futuro: el tiempo, para ella, la infancia, sólo era oscuro o soleado, dormido o despierto y, por raro que parezca, todo, desde el comienzo de la historia sagrada, se llamaba Hoy. Pues bien: un domingo, cuando ya tenía suficientes ahorros, papá decidió que yo debía invertir mi dinero; entonces nos fuimos, a caballo y bien tempranito, hasta la capital para comprar, con mi dinero, el primer par de zapatos de cuero para los pasos de mi vida. Antes los caminos sólo sabían de mis tropezones y mis alpargatas. Al mediodía regresamos al pueblo, yo con mis zapatos nuevos y él con la certeza de que su hijo era pobre otra vez y por tanto debía seguir trabajando: es que para los papás de mi tiempo el trabajo era más que el salario recibido. Hoy creo que sucede lo contrario”.
De nuevo se quedó como dormido al comienzo de una mirada azul que salía por la ventana e iba por ahí hasta mil novecientos.
“Como siempre que salía, y antes de volver al abrazo de mamá, que para él era la casa, papá fue a la droguería a comprar algún remedio que generalmente no necesitábamos (quizás por eso yo ahora me enfermo a cada rato), y me dio permiso para ir al parque donde mis amigos jugaban al fútbol. Estaba tan emocionante el partido que no me aguanté las ganas y entré a jugar con mis zapatos nuevos.”
Aquí el viejo se detiene, inmortal, me mira con ojos de tragedia y boca que sonríe, como si el recuerdo de la catástrofe fuera feliz, un juego, y dice:
“Pues los pinches zapatos no aguantaron hasta el final del partido. Se dañaron de tanta patada contra el cuero. Quedaron inservibles. Tanto trabajo para nada, y además, para colmo, quedamos cero a cero”.
Ahora el viejo se nota cansado, mira alrededor e intenta pararse de su asiento, como si quisiera irse. Pero no, decide quedarse, me mira y me dice, como dejándome una herencia:
–¿Sabe qué, señor?: a mí desde ese día ese deporte no me gusta. 

Con-fabulación Nº 332
E-mail: confabulacion33@gmail.com

 

20/6/14

HÉCTOR FREIRE: TRES POEMAS 
- BUENOS AIRES, ARGENTINA -


VIAJE AL INTERIOR DE LAS COSAS


  En los poemas de “Satori” e incluso en “Voces en el interior del sueño de la piedra” de Héctor Freire se experimenta la inagotabilidad del sentido. La vida se escabulle y la contingencia de este devenir es pura ilusión. Aunque se evidencia un retaceo de la figura humana, la presencia de la mirada profundiza todo aquello que aparece y que deslumbra y que a la vez invita a continuar la búsqueda incesante de ese sentido que el mundo otorga a cuenta gotas pero que promete seguir regalándose si la pasión de mirar no claudica. Héctor Freire aceptó el  reto de no abrigarse en el yo lírico, hay algo de templanza y de desafío en esta voz que hurga y encuentra la belleza incluso en la aridez, en lo inesperado. El gesto de sorpresa apenas se asoma pero la fascinación ante lo visto estalla dentro del poema. Y lo curioso es que la escritura no  siempre suele encontrar su disparador en la tridimensionalidad de la vida sino en la bidimensionalidad de la fotografía y del cine, el buceo entonces es un desafío mayor. La belleza rescatada como el resultado de un auscultar exquisito se muestra en su desnudez. Tomar el perfil exacto, sin merodeo, de un zarpazo pero a la vez con delicadeza.  Poesía de la interioridad, de sentido apretado. Se trata de franquear una puerta que entreabre otras puertas en una infinita búsqueda. Cierta parquedad de esta voz vuelve al poema en una zona misteriosa, misteriosa incluso en las franjas de sus descubrimientos.  Lo desplegado, lo visto, lo hallado en este buceo, en este peregrinaje muestra sólo un perfil,  suficiente y deslumbrante, pero el viaje de descubrimiento es una promesa  que  la escritura apenas deja soslayar. Leer estos poemas supone aproximarse a las cosas del mundo sabiendo que  lo que queda afuera  del acto de conocimiento es inmensamente mayor y majestuoso. El poema se propone así como una aproximación, una aventura que opaca  el ego. Textos epifánicos; la literatura en su mejor expresión.

Claridad sin sol
(Contemplación de una vieja fotografía)

                                              Lo real debería ayudar a vivir los sueños
                                                                                                     Para Tito

La boyita blanca se hundió de golpe y sin avisar,
y un pez plateado iluminó el agua como el follaje
encendido de los árboles en las tardes de otoño.
En ese "instante vacío" los tiempos sen entrecruzan
y nuestra relación con el paisaje se invierte:
más que recordar sentimos que el pasado nos recuerda.
-Pero la memoria es aquello que a medida
 que nos acercamos nos aleja.-
Ahora el viento persiste con su  presencia sin cuerpo
y barre las hojas ante la claridad que muere:
-Paciencia y lentitud.-
La luz se ha comprimido en el rincón 
más oscuro de la fotografía,
tiene miedo de estar perdida:
el peso de las sombras cierra todas las puertas,
y finalmente desaparece , como el recuerdo
de aquella escena junto al lago e la que mi padre
me habló   de los  misterios de la pesca.
A veces, se tiene la impresión de habitar una imagen,
el sentimiento de que el tiempo, al igual que aquel pez,
súbitamente está fuera del cuadro.
Y en silencio avanza, y a medida que crece su presencia
disminuye la del que la contempla.
Sin movernos , la memoria nos cambia de lugar,
nos da y quita realidad.

                                            "Satori" Ediciones en Danza, Bs. As. 2010.

                                              *****

Paradoja

La araña hila
una oscura plegaria
alrededor del insecto paralizado,
armoniza su apetito
con pequeños gestos
bajo la lluvia.
Mientras, los pájaros
ensayan su canto vespertino.
Así de simple:
en el instante de máximo equilibrio,
la destrucción sucede.

                                                "Satori" Ediciones en Danza, Bs. As. 2010.

                                                *****
Jardín zen*

El tiempo ancló ahí su punzante trabajo de cirugía.
Sin embargo, esa piedra simple, irregular, austera,
parece restituir al jardín la luz lunar almacenada.
Su escrupulosa exactitud hace que el grano de arena
más ínfimo se convierta en infinitos destellos.
De tanto ser mirada, esa "piedra de sol"
se ha vuelto transparente, su realidad innata
hace del ritmo  del cielo un mar sin espesura.
El instante que brilla  y se abisma en sí mismo,
y nunca desaparece por completo.
Hay momentos imposibles de medir y contener:
son bendiciones inmerecidas e imprevistas.
Semillas que estallan y describen
la naturaleza inmóvil del tiempo.
Ahora la luz, en el centro del jardín,
se vacía de su sombra:
un pájaro se ha detenido en el aire.
Es como un sueño que no encuentra cuerpo para soñar
un agua muerta de tanto estar despierta.

*  
En el templo Ryoanyi de Kyoto, hay un jardín zen de arena blanca y grano grueso que tiene la virtud de reflejar los rayos de la luna. Esta arena, rastrillada por los monjes en rectos surcos paralelos o en círculos concéntricos, forma una "pintura abstracta" en torno a rocas irregulares.
                                                            "Satori" Ediciones en Danza, Bs. As. 2010.



Héctor J. Freire nació en Buenos Aires en 1953. Poeta. Profesor de Letras, crítico literario y de cine. Fundador de la Primera escuela Literaria del Teatro IFT. Fue Jurado del Fondo Nacional de las Artes (género ensayo). Director de la revista Rizoma. Forma parte del Consejo de Redacción de la revista Topia  (Psicoanálsis, sociedad y cultura) . Jefe de la revista de poesía Barataria, y feje de Eidción de la revista cultural La Pecera (Mar del Plata).  Fue guionista del programa televisivo DNI. Publicó los libros: "Literatura y cine"  (1996),  " Sostiene Tabucchi"  (1999), "De cine somos; críticas y miradas desde el arte" (2007). Coeditor de "Insignificancia y autonomía "  -debate a partir de Cornelius Castoriadis- (2007), "El cine y su laberinto -  literatura, pintura y sociedad" (2009).
En Poesía: "Quipus"  (1981) "Des-nudos"  (1984). "Voces en el interior del sueño de la piedra" (1991), "Poética del tiempo" (1997) y "Motivos en color de perecer" (2003), que obtuvo el Premio del Fondo Nacional de las artes. Integra la antología "La poesía del siglo XX en Argentina  (Colección Visor de Poesía, Madrid 2010).  Uno de sus libros ha sido traducido recientemente al francés.

Fuente: 
publicado por Irma Verolín en

2/6/14

Un minuto de palabras por Maya Angelou



El 28 de mayo falleció en Salem, a los 86 años, la poeta, actriz, cantante, defensora de los derechos humanos y desnudista estadunidense, Maya Angelou, quien nació en Saint-Louis en 1928. Residió en Egipto y Ghana donde conoció a su gran amigo Nelson Mandela. Fue la autora del guión y de la música de la película Georgia. Aquí uno de sus libertarios poemas.


SÉ POR QUÉ CANTA EL PÁJARO ENJAULADO

El pájaro salta en libertad
sobre el dorso de la victoria
y flota río abajo
hasta donde termina la corriente
y sumerge sus alas
en los rayos de sol de color naranja
y osa reclamar el cielo.

Sin embargo, un pájaro que atisba
bajo su estrecha jaula
rara vez puede ver a través de
sus barrotes de furia
sus alas se recortan y
sus patas están atadas
lo que abre su garganta al canto.

El pájaro enjaulado canta
con trino de miedo
por las cosas desconocidas
pero aún con anhelo
y se escucha su melodía
en el lejano castro el pájaro enjaulado
canta a la libertad.

El pájaro libre piensa en otra brisa
en un intercambio de suaves vientos a través de árboles
suspirando
y los gusanos de grasa en el césped esperando por un amanecer brillante
y da nombre a su propio cielo.

Pero un pájaro enjaulado se halla en la tumba de los sueños
su sombra grita en un grito de pesadilla
sus alas se recortan y sus patas están atadas
lo que abre su garganta al canto.
El pájaro enjaulado canta
con un trino de miedo
por las cosas desconocidas
pero aún con anhelo
y su melodía se escucha
en la colina distante
el pájaro enjaulado
canta a la libertad.
 



Con-fabulación Nº 329 - Colombia
DIRECTOR: Gonzalo Márquez Cristo. EDITORES: Amparo Osorio, Iván Beltrán Castillo. COMITÉ EDITORIALFabio Jurado Valencia, Carlos Fajardo. CONFABULADORES: Óscar Collazos, José Chalarca, Marcos Fabián Herrera, Maldoror, Sergio Trujillo Béjar, Fabio Martínez, Fernando Maldonado, Gabriel Arturo Castro, Guillermo Bustamante Zamudio. EN EL EXTERIOR: Alfredo Fressia (Brasil); Antonio Correa, Iván Oñate (Ecuador); Rodolfo Häsler (España); Marco Antonio Campos, José Ángel Leyva (México); Luis Alejandro Contreras, Benito Mieses, Adalber Salas (Venezuela); Renato Sandoval (Perú); Efer Arocha, Jorge Torres, Jorge Najar (Francia); Marta L. Canfield, Gabriel Impaglione (Italia); Luis Bravo (Uruguay); Armando Rodríguez Ballesteros, Osvaldo Sauma (Costa Rica).