La celebración del Samhain
(Samaín, en la cultura gallega)
Samaín es una celebración de origen celta que el cristianismo reconvirtió en el Día de Todos los Santos.
Esta fiesta llevaba unas décadas olvidada, pero en los últimos años se está volviendo a recuperar gracias al trabajo realizado en las escuelas y en varios ayuntamientos de Galicia.
La noche del 31 de octubre comienza el Año Nuevo
celta, remata el verano y entra el invierno.
En esta noche las ánimas
de los muertos atraviesan la puerta que separa el mundo de los vivos y
de los muertos y visitan las casas de sus familias para calentarse y
tomar algo de alimento.
Samhain [/ˈsˠəu̯nʲ/] es la
festividad de origen celta más importante del periodo pagano que dominó
Europa hasta su conversión al cristianismo, en la que la noche del 31 de
octubre al 1 de noviembre servía como celebración del final de la
temporada de cosechas en la cultura celtay era considerada como el «Año
Nuevo Celta», que comenzaba con la estación oscura. Es tanto una fiesta
de transición (el paso de un año a otro) como de apertura al otro mundo.
Su etimología es gaélica y significa ‘fin del verano’.
Ha sido practicada desde hace más de tres
mil años por los pueblos celtas que han poblado toda Europa. En la
actualidad del Samain, continúa celebrándose por los seguidores de
movimientos religiosos neopaganos, como la wicca y el druidismo.
Samhain en la cultura celta
El calendario celta dividía el año en dos partes, la mitad oscura comenzando en el mes de Samonios (lunación octubre-noviembre), y la mitad clara, comenzando en el mes de Giamonios
(lunación abril-mayo). Se consideraba que el año comenzaba con la mitad
oscura, así Samonios se convertía en el año nuevo celta. Todos los
meses comenzaban con la luna llena y la celebración del año nuevo tomaba
lugar durante las «tres noches de Samonios», la luna llena más cercana
entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. Las lunas
llenas marcaban el punto medio de cada mitad del año durante las cuales
se celebraban festivales. El calendario de Coligny marca la luna de
pleno verano, sin embargo, omite la de pleno invierno. El calendario fue
diseñado para alinear las lunaciones con el ciclo agrícola, y la
posición astronómica exacta del Sol se consideraba menos importante.
En la Irlanda medieval, Samhain
permaneció como la principal festividad, celebrado con una gran asamblea
en la corte real de Tara, durando tres noches, consistente con el
testimonio galo.
La festividad céltica del Samhain se
describe como una comunión con los espíritus de los difuntos que, en
esta fecha, tenían autorización para caminar entre los vivos, dándosele a
la gente la oportunidad de reunirse con sus antepasados muertos. Para
mantener a los espíritus contentos y alejar a los malos de sus hogares,
dejaban comida fuera, una tradición que evolucionó convirtiéndose en lo
que hoy hacen los niños yendo de casa en casa pidiendo dulces.
Después de que los romanos conquistaran gran parte de los territorios celtas,
estos influenciaron el mundo céltico con sus festivales a la diosa
romana de la cosecha, Pomona. Más tarde, los cristianos calificaron las
celebraciones celtas como una práctica herética, destruyendo bajo este pretexto gran cantidad de la cultura, monumentos, y tradiciones celtas,
para afianzar su dominio político y social del viejo continente. Fue la
época de sometimiento de los pueblos libres paganos, que eran
convertidos al cristianismo demonizando sus creencias, adoptando sus
festivales, y convirtiéndolos al cristianismo. Así, el de Samain se
convirtió en el día de Todos los Santos, de donde deriva el nombre
inglés de Halloween.
Por el Samhain era costumbre vaciar nabos (posteriormente calabazas,
debido a una tradición irlandesa) para ponerles dentro velas. Varios
siglos después, esta tradición (que renace en la actualidad gracias al
movimiento neo-pagano) tiene continuidad en el actual Halloween,
exportación de los irlandeses a Estados Unidos en el siglo XIX y
principios del XX.
Samhain (Samaín) en la cultura gallega
Rafael López Loureiro,
maestro de escuela de Cedeira (La Coruña) fue el responsable de
redescubrir esta tradición y comprobar que existía por toda Galicia
hasta hace menos de treinta años. Además, también comprobó su
pervivencia en el norte de Cáceres, alrededor de la zona en la que están
situadas las aldeas de habla gallega, y en zonas de Zamora y de León
cercanas a Galicia y donde la lengua y las tradiciones gallegas están
muy arraigadas. Además, este estudioso analizó la relación de la
costumbre de las calabazas con el culto a la muerte y a semejanza con
las tradiciones hermanas de las islas británicas. Hasta llegó a detectar
peculiaridades como la de Quiroga (Lugo), donde la calabaza tallada se
seca y se conserva para usarla como máscara en el Entroido. Su trabajo
sobre esta tradición, recogido en el libro “Caliveras de melón”
(calaveras de melón) y en otra de posterior aparición, empezó a llamar
la atención de los antropólogos. Lo que no tuvo en cuenta López Loureiro
es la relación entre el Samain y Magosto.
Hoy en día se celebra con gran arraigo el
Samhain o Samaín (adaptación al gallego de la palabra gaélica) en
algunas de las ciudades y pueblos de Galicia, como La Coruña, Ferrol, Cedeira, etc.
En la villa de Ribadavía se celebra cada
31 de octubre la fiesta “a noite meiga” (la noche embrujada) en la que
la ciudad “se llena” de fantasmas, brujas, vampiros… El castillo es
lugar de un gran pasaje del terror, entre otras actividades.
Samhain en la leyenda celta irlandesa
El Ciclo de Ulster
está salpicado de referencias al Samhain. Muchas de las aventuras y
campañas emprendidas por los personajes comienzan en la fiesta de la
noche de Samhain. Algunos ejemplos de estas historias presentes en el
folclore irlandés son:
- Echtra Nerai, la aventura de Nera; y
- Catch Maige Tuireadh, en la que las deidades Morrigan y Dagda se reúnen y mantienen relaciones sexuales antes de combatir contra los fomorianos, una raza semi-divina que habitaba Irlanda en tiempos antiguos.
Renovación de Samhain evitando la influencia de Estados Unidos
López Loureiro también divulgo la tradición de las calabazas y su relación con el Samhain
por colegios y asociaciones de todo tipo, lo que está provocando que
cada vez haya más lugares en los que se celebra esta fiesta sin pasar
por la influencia de Estados Unidos. También promovió, hace trece años,
del Samhain que aún hoy se celebra en Cedeira (La Coruña). Primero desde
la asociación «Chirlateira», y después desde «Amigos do Samaín»,
organizando cada año una exposición y un premio a la calabaza mejor
esculpida. Además, se celebra una “procesión de ánimas”, en la que los
jóvenes de la villa desfilan por las calles disfrazados y portando luces
como si fuesen la Santa Compaña. Hay una merienda y actúan grupos de
animación. Desde hace tres años se conceden los premios anuales del
Samhain otorgados a Isaac Díaz Pardo a Xaquín Marín y al grupo Milladoiro. El acto de entrega se celebra en una caldeirada cultural, y la fiesta se cierra con el “De aquí nun ano”, un pregón que se lee al final del evento.
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