24/5/14

 
Lima: "como quien pela una fruta"


De LA CIUDAD DEL POETA
Por Carlos Fajardo Fajardo
Lima gris, bárbara, seductora; Lima de bruma y mar, costera y bien andina. Allí su Plaza Mayor, allá su híbrido barrio de Barranco; he aquí el centro de la ciudad desordenado y bullicioso, la extensa alameda y sus canciones. Los días de Chabuca Granda ya pasaron, ahora queda el mito, el sueño, sólo el sueño.

En Lima, Carlos Oquendo de Amat me esperaba con sus 5 metros de poemas. Tuve la fortuna de toparme con él en la Librería Ibero, en una calle del Barrio Miraflores. Me habló de sus 5 metros de poemas:

—Fue el único libro de poemas que escribí. Tenía 19 años y una mujer parecida a un canto. Lo publiqué en el 27. Luego me dediqué a liberar a mi pueblo, a luchar por el socialismo, su destino. En vida fui torturado, encerrado en oscuros calabozos, desterrado de mi patria pobre. Adquirí la tuberculosis en la prisión de El Frontón. Viajé deportado hacia Costa Rica, México, Francia, hasta que no resistí más y en el hospital de Navacerrada de Madrid cesaron mis horrores un 6 de marzo del año 36. Vaya ironía. Mi libro ahora se lee, se estudia, se nombra.

—Si quiere conocer a Lima, me insinuó, recórrala como leyendo un libro, es decir como quien pela una fruta. Así deseo también que lea mis 5 metros de poemas, donde mi palabra es primitiva como la lluvia o como los himnos.

Caminamos y conversamos un buen rato, tanto que me acompañó hasta mi casa del amor y se ha quedado el sinvergüenza a vivir en ella.

Luego vi el mar, el extraño mar de este sur andino. Se diría que Lima no es nada marina, más bien respira un espíritu andino. De manera que su mar es ornamental; se está físicamente frente a él, pero espiritualmente en la montaña. Qué extraña es Lima: ciudad costera andina.

Por la Avenida Abancay mi mujer y yo tomamos un microbús hacia el centro de la ciudad. Fuimos testigos de los ritos que se ejercitan debido a la pobreza en nuestras ciudades latinoamericanas: el grito de un hombre en la puerta del micro anunciando las rutas, y de tanto en tanto vendedores ofreciendo sus confites. Afuera las calles rodaban como piedras de loco. Contrastes de contrastes. Entre el caos vehicular y la gritería, descubrimos el silencio en el barroquismo de la Iglesia de la Merced, y en la sobrecogedora Plaza Mayor, abarrotada de turistas, vimos pasearse el hambre, la miseria de una gran parte de este pueblo milenario. En la noche, la casa de Chabuca y las calles de Barranco convertidas en barrio-museo para despistados viajeros.

He aquí a Lima con su garúa; la que rodeada de mar canta a la montaña. Bajo la llama del sol esperamos a que nos acogiera su delirante recuerdo. Escuchamos la ciudad. Hojas caían de los árboles. Detenidos en las calles, buscamos palabras para nombrar esta tierra de cultura profunda donde aún se siente un fuerte poderío. Sur del Sur. Ciudad Inca donde se quedó mucho de nosotros. Recordamos al grande de Oquendo, sus amorosos versos: Tu nombre viene lento como las músicas humildes y de tus manos vuelan palomas blancas. Mi recuerdo te viste de blanco.

Ah, Lima, déjanos al menos encontrarte en tu incaica memoria; déjanos tus ojos para ver mejor los duros y antiguos caminos; regálanos tus ancestrales y múltiples rostros; danos tus pupilas para llegar a contar lo que hemos visto a través de ti.

- Con-fabulación Nº 323 - Colombia
- E-mail: confabulacion33@gmail.com
 

10/5/14

ARS POETICA

por Juan Carlos Céspedes (Siddharta) 



Ejerzo el más peligroso de los oficios;
la querella contra el viento y la manipulación del fuego.
Juego con serpientes que se disfrazan de palabras,
tengo los brazos marcados de los colmillos de la noche
y escribo cuando el día destila su agonía.
Sé que los poetas han gastado su vida intentando definir la poesía,
pero nunca asumiré este reto por saber que ello es imposible.
Si esto sucediese, no habría salvación para el hombre
ni lugar dónde guarecerse.
Vivo del milagro diario de mis manos y espero paciente al caminante
con mi daga en cualquier esquina de una hoja en blanco. 





2/5/14

Desde la Argentina nos visita nuestra amiga, poeta Lina Caffarello

 

RONDÓ  DE  PARÍS

                                                     París es una enorme metáfora.
                                                                                    Julio Cortázar
                                                                                                              RAYUELA, Cap.26


París de la Cité profunda y celta,
de isla de Saint Louis,
gótica de Notre Dame y gárgolas perpetuas.

París, mapa de caracol,
de calles envueltas en llanto de caballos,
con casas coronadas de plomo y caravanas de conductos
que respiran tristes amarillos en la niebla.

París del Montparnasse que ahoga catacumbas.
Del albo Sacré Coeur en lo alto de Montmartre.
De la Bastille de muros invisibles.
Del túrbido Saint Jacques.
D'Orsay, andén devenido impresionista.
Del arco iris que eriza el Pompidou.

París de la Étoile,
de Champs-Élysées enfilados hacia el Louvre,
a su glasé de humo y humedad.

París de torre Eiffel, hierro y laberinto,
candelabro hueco que enciende la fiesta noche a noche
para pintar de vida, al fin, la Ciudad Luz.


* Ensayista, poeta, pianista y fotógrafa artística: Lina Caffarello de Buenos Aires, Argentina. 


1/5/14

ORO 18/ EL ESPACIO DEL POETA /
 Yannis Ritsos 
(Monemvasiá, Grecia,
1 de mayo de 1909 - 11 de noviembre de 1990)

Selección y Notas: Reynaldo García Blanco

Este 1º de mayo, a la par de estar celebrando el Día del Trabajo, debiéramos al menos brindar por el aniversario 105 del nacimiento de ese otro trabajador de la palabra que fue Yannis Ritsos. Por ahí andan fotos de su visita fugaz a La Habana, en 1966.
Poesía de claridad atravesada por un humanismo a toda costa. Criticado por algunos por su estancia en una izquierda dura y poética que le llevó a la prisión, a la vez es elogiado también por la asunción que hizo de la obra de otro grande de la literatura griega  con Doce poemas para Kavafis.
Por aquí está el mundo y la atmósfera que nos han legado figuras como Yorgos Seferis, Odysseas Elytis o Nikos Kszanzakis: La palabra como placer. El poema como vía de resurrección.
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EL ESPACIO DEL POETA
(Traducido por Nina Anghelidis)
El negro y tallado escritorio, los dos candelabros de plata,
su pipa roja. Está sentado, casi invisible, en el sillón,
con la ventana siempre a sus espaldas. Tras sus gafas,
enormes y cautas, observa a su interlocutor
bañado en luz, él oculto en sus palabras,
en la Historia, en personajes suyos, distantes, en invulnerables,
captando la atención de los demás en los delicados reflejos
de un zafiro que lleva en el dedo; siempre sispuesto a saborear
las expresiones de los ingenuos efebos en tanto que,
admirativamente, humedecen sus labios con la lengua. Y él,
astuto, voraz, sensual, el gran inocente,
oscila entre el sí y el no, entre el deso y el arrepentimiento,
como si fuera balanza en manos de Dios,
mientras la luz de la ventana detrás de su cabeza
le coloca una corona de perdón y santidad.
“Si la poesía no absuelve – murmuró para sí mismo-
pues no esperemos misericordia de nadie “.

- Reynaldo García Blanco - Stgo.de Cuba, Cuba 
- E-mail:  regabla@cultstgo.cult.cu