Por Javier Sanz - Zaragoza, España
En estas fechas cercanas a noviembre, de cambios horarios y
de temperatura, hay una festividad que todos conocemos, la festividad de Todos
los Santos. En España es algo común en este inicio de noviembre llevar flores a
las tumbas de los seres queridos fallecidos, relatar ante el calor de la
chimenea historias de terror y también es fecha de los conocidos “huesos de
santo”, un postre de mazapán típico de estas fechas. Sin embargo, es cada vez
más frecuente ver la irrupción en escena de la festividad norteamericana de
Halloween.
El origen de estas calabazas típicas de estas fechas se
remonta a una leyenda irlandesa y se hizo muy popular en Estados Unidos en el
siglo XIX. Dicha leyenda sostiene que esas calabazas huecas con una vela
dentro, llamadas “Jack-o-lantern“, son para recordar al malvado de Jack, un
hombre cruel, vengativo y tacaño que al morir no pudo entrar ni en el cielo ni
en el infierno. Por ello, fue condenado a vagar eternamente por el mundo con la
única ayuda de dicha linterna -la linterna de Jack-. Como apunte curioso, la
leyenda inicialmente hablaba de un repollo linterna en lugar de una calabaza.
Los otros aspectos de Halloween tienen mucho que ver con la
obra del escritor estadounidense Washington Irving, La leyenda de Sleepy Hollow
y el jinete sin cabeza (1820). Sleepy Hollow es un lugar real, con una historia
y un pasado; pese a que no se sabe la fecha exacta en la que los holandeses
llegaron al lugar, si que se sabe que en los primeros días de la fundación de
las colonias de los nuevos Países Bajos hubo enfrentamientos entre holandeses y
tribus nativas locales. La única referencia a Sleepy Hollow es un documento del
siglo XVII que menciona al lugar como Slapershaven, cuya traducción literal es
“Puerto durmiente”. Durante el transcurso de las guerras entre holandeses e
ingleses en el Nuevo Mundo, Slapershaven y todo el territorio circundante de la
colonia holandesa pasó a manos de la corona británica sobre el 1665, pasando a
llamarse North Tarrytown. Washington Irving, como Gustavo Adolfo Béquer con el
Moncayo, Trasmoz y otros lugares “embrujados” de España, se inspiró en los
paisajes y lugares de este lugar de Estados Unidos para escribir el relato que
lo llevaría a la fama, la leyenda de Sleepy Hollow. Como nota curiosa, el
relato de Washington Irving alcanzó tanto éxito y popularidad dentro y fuera de
EEUU que en 1996 cambiaron oficialmente el nombre de North Tarrytown por el de
Sleepy Hollow.
El jinete sin cabeza es un personaje clave junto con el
joven y supersticioso profesor Ichabod Crane en el relato de esta leyenda.
Sobre la identidad de este misterioso y aterrador jinete, el relato de Irving
deja muchos cabos sueltos, por un lado se piensa que es un soldado desconocido
que perdió la cabeza por un cañonazo durante el transcurso de la Guerra de la
Independencia norteamericana. Desesperado, dicho jinete cabalga hacia la batalla
en busca de su cabeza atacando a todo aquel que ose interponerse en su camino.
Por otro lado, podría señalar a uno de los protagonistas del triángulo amoroso
formado por Ichabod Crane, Katrina Van Tassel y Abraham “Brom Bones” Van Brunt
-que finalmente se llevaría el gato al agua-. Después de declararse a Katrina,
el jinete persigue a Ichabod por aquel lugar rodeado de misterio, atravesando
el puente que cruza el río Pocantico hasta el cementerio de la iglesia
holandesa de Sleepy Hollow. Ichabod, confiado en que una vez cruzado el puente
el jinete se desvanecería en un “destello de llamas y azufre”, ve horrorizado
como el jinete encabrita al caballo y le arroja su decapitada cabeza. Ichabod
desaparece en “misteriosas circunstancias” dejando tras de sí su caballo, su
sombrero y una misteriosa calabaza destrozada en el lugar y, por supuesto,
“Brom Bones” se casa con Katrina.
Pese a todo lo que aparece en el relato de Washington
Irving, lo cierto es que ya existían antes varias versiones y leyendas de
jinetes sin cabeza, concretamente en Irlanda. Dicho jinete es conocido como
Dullahan y cabalga a lomos de un caballo negro. Dullahan es tan aterrador como
el jinete del relato de Irving, pues la cabeza de Dullahan tiene una horrible
sonrisa de oreja a oreja y cuando cabalga la lleva siempre bajo uno de sus
brazos. La cabeza brilla intensamente a modo de linterna y la leyenda sostiene
que cuando Dullahan baja de su caballo, se produce la muerte de la persona que
nombra. En Escocia, el jinete sin cabeza se llama Ewan, un escocés que murió
decapitado en una batalla entre clanes en la Isla de Mull. La muerte le llegó
cuando iba a ser nombrado jefe de su clan, y tanto Ewan como su caballo se
aparecen en los alrededores del lugar donde murió. Los hermanos Grimm también tienen
relatos similares sobre jinetes sin cabeza, cambiando la localización y los
personajes. En Alemania también hay más versiones que las de los hermanos
Grimm, una de ellas presenta al jinete sin cabeza como una especie de
justiciero que va a la caza de criminales y asesinos, y en otra es un infernal
cazador con jaurías de perros negros con lenguas de fuego.
Para terminar, la palabra que hoy conocemos todos como
“Halloween” proviene de “All Hallowed Eve“, víspera de Todos los Santos o
vigilia de Todos los Santos. Es más, hay que decir que la verdadera festividad
de Halloween es celta y tiene más de 3000 años. En estas fechas, la tradición
celta sostenía que los muertos regresaban a la tierra y los druidas trataban de
evitar la influencia de los “malos espíritus” mediante conjuros e incluso
sacrificios humanos o de animales. Estas fechas eran conocidas por los celtas
bajo el nombre de “Samhain” o “Fin del verano“… Nada que ver con el Halloween
actual.
Colaboración de Pedro Sanmartín
Fuentes e imágenes: La leyenda de Sleepy Hollow y otros
cuentos de fantasmas – Washington Irving, North Tarrytown Votes to Pursue Its
Future as Sleepy Hollow, El origen de Halloween
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